Javad Nekounam atravesó un profundo bache de juego a mediados de esta primera vuelta. Un bajón que el equipo pagó con el farolillo rojo. Ahora, se ha echado al equipo a las espaldas, erigiéndose en el pichichi de Osasuna y reivindicándose en el líder que a principios de campaña dijo ser.
Su peso en Osasuna es tan grande que ni descansa en Copa del Rey: «Si hoy hubiese partido estaría encantado de jugar», afirma. Y no es de esos futbolistas que se conforman con intercambiar la camiseta con Leo Messi al final de los partidos. Incluso ha mandado un recado al F.C. Barcelona: «Que estén seguros de que no van a arrancar ningún punto de aquí».