La prensa de hoy nos ha despertado con una, cuando menos, estrambótica noticia. La historia comenzó la semana pasada en el Pizjuán cuando Frederick Kanouté hizo el 2-0 ante el Deportivo en el partido de ida de octavos de final de Copa del Rey.
El malí, como ya se venía advirtiendo desde el partido ante Osasuna -se transparentaba la camiseta-, se levantó la elástica del Sevilla y dejó ver una por debajo que rezaba «Palestina«. El ariete quiso así llamar la atención internacional sobre el sufrimiento que desde hace más de dos semanas sufre el pueblo de Gaza.
Tras recibir la correspondiente tarjeta amarilla, el Comité de Competición decidió sancionar a Kanouté con 3.000 euros, ante lo que el sevillista trató de defenderse: «Sólamente es una localidad, es Palestina. No hay mensaje ninguno, es como si pusiera Madrid o España«.
Así las cosas, entra en escena el Zob Ahan Isfahan, club de la primera división iraní. La preocupación en Irán sobre el conflicto en Gaza es muy fuerte y el vídeo con la celebración del gol ha sido visto con muy buenos ojos, de modo que el mencionado conjunto se ofrece para abonar a Kanouté el importe total de la multa. Los persas quieren así agradecer al malí su implicación desinteresada haciendo un poco más audible la voz del pueblo palestino.
Ante la complejidad para el Zob Ahan de ponerse en contacto con Kanouté, el club iraní ha considerado que la opción más razonable es utilizar a Javad Nekounam para que él hable en persona con el sevillista. Neko es el capitán de la selección de Irán y tal vez por ello el conjunto persa haya decido ponerse en contacto primero con él.
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